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MERCADO DE PULGAS: UN VIAJE EN EL TÚNEL DEL TIEMPO.

 

Una de las mejores cosas de viajar es la posibilidad de recorrer los destinos desde la mirada de los locales, y una manera rápida de contemplar su esencia es a través de los mercados de pulgas. Generalmente dichos mercados no figuran en las primeras posiciones de las guías turísticas, pero sabemos que si los visitamos, conoceremos una faceta distinta del destino elegido.

En la Ciudad de Buenos Aires, más precisamente en Álvarez Thomas y Dorrego, en el barrio de Colegiales, se encuentra el Mercado de Pulga, justo en el límite con Palermo Hollywood. Para algunos es un gran predio comercial que ofrece todo tipo de objetos de segunda mano, para otros, es un viaje en el túnel del tiempo.

Este amplio galpón cuenta con alrededor de 150 puestos repletos de todo tipo de mercancía. Es el lugar perfecto para piratas sin mar que andan detrás de joyas, muebles, ropa y distintos objetos nuevos y conservados en perfecto estado. El lema de los puesteros es: “lo que estés buscando, nosotros lo tenemos”.

Entre los objetos que podemos apreciar y comprar se destacan muebles de todo tipo y estilo (sillas, sillones, armarios, mesas de comer y mesas de luz, aparadores, arcones), lámparas y veladores, viejos electrodomésticos (televisores, radios, heladeras), vajillas, cristalería, platería, adornos, jarrones, espejos, esculturas, cuadros, espejos, carteles publicitarios, juguetes, instrumentos musicales, máquinas de escribir, máquinas de coser, bicicletas, diversos artículos de coleccionismo (fotos, postales, monedas, relojes) y todo aquello que creías perdido en el tiempo.

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